Proyecto de interiorismo para un estudio de arquitectura.
El punto de partida era un espacio pequeño y frío, con las diferentes áreas separadas únicamente por cerramientos de vidrio, lo que exigía una intervención cuidadosa para dotarlo de calidez y personalidad sin perder la sensación de amplitud.
Se apostó por una atmósfera creativa, acogedora y funcional, en sintonía con el carácter del estudio, mediante el uso de color, mobiliario versátil y elementos que aportan identidad sin recargar.